La novia del asesino confeso de Marta del Castillo, ha dicho hoy al juez que Miguel le confesó el crimen a la mañana siguiente de haberlo cometido, cuando volvió a trabajar. Además ha dicho que esa noche dejó la ropa que usó aquella noche metida en la bañera y mojada.
Rocio, de 14 años, ha comparecido como testigo durante dos horas ante el juez que investiga la desaparición de Marta.
Con respecto a manifestaciones anteriores ha incurrido en varias contradicciones.
Ha ratificado su declaración del pasado lunes ante la policía, a la que acudió de forma "voluntaria y espontánea", para desmentir sus dos comparecencias anteriores, en las que dijo no saber nada de la muerte de Marta y de la implicación de su novio Miguel.
En la versión que ha ratificado hoy ante el juez, ha afirmado que Miguel C.D. de 19 años, le confesó la mañana siguiente que había matado a Marta en una discusión, el pasado 24 de enero, y que luego sus amigos Samuel B.P., de 19 años, y Javier G.M., de 15, le ayudaron a tirar el cuerpo al Guadalquivir.
Rocío convivía con Miguel y ha declarado que cuando éste regresó a su casa de Camas (Sevilla) sobre las 10.30 horas del domingo 25 de enero, tras trabajar en la limpieza de una sala de bingo, le vio preocupado por las noticias que aparecían en televisión sobre la desaparición de Marta y el joven acabó confesando la muerte.
Según fuentes, la joven puede haber confundido acontecimientos porque el domingo aún no había trascendido a la prensa la noticia de la desaparición de Marta.
Otra contradicción de Rocío se refiere a la ropa que Miguel usó la noche del crimen, supuestamente manchada de sangre, que según ha dicho hoy dejó mojada dentro de la bañera pero la abuela de la chica, que hizo la colada, ha sostenido que la ropa estaba seca.
Rocío ha afirmado que, tras regresar a casa el sábado, Miguel se acostó y no salió en toda la noche, y ha precisado que la hipótesis de que pudo salir por la ventana sin que ella se enterase se la planteó la Policía y ella se limitó a darla como posible.
Preguntada por el juez sobre su decisión de contar ahora la verdad, ha manifestado que "no podía soportar la tensión" de haber dicho una mentira.
Las citadas fuentes han informado de que Rocío ha incurrido también en contradicciones sobre las tres primeras llamadas que recibió su novio en la noche del crimen, que hasta ahora había sostenido que fueron muy seguidas y ahora sitúa entre medianoche y las 00.40 horas.
Dichas llamadas fueron realizadas, según su declaración, por Samuel B.P., por la novia de este último y finalmente por los padres de Marta, que luego volvieron a llamar varias veces a lo largo de la madrugada.
Pese a que la abuela de Rocío declaró como imputada ante la Policía, el juez no tiene, en principio, intención de citarla ya que la próxima semana tomará declaración, como testigos, a la novia y amigos de Samuel B.P. para que confirmen sus movimientos la noche del crimen, ya que el joven negó al juez su primera confesión a la Policía.
En cuanto al cambio de versión de Rocío, la Fiscalía de Menores ya tiene en su poder el atestado de la Policía pero aún no ha decidido si la llamará a declarar, han señalado fuentes de la Fiscalía, que explican que haber conocido la implicación de Miguel no supone un delito de encubrimiento pues el Código Penal solo define como tal la "ocultación, alteración o inutilización" de pruebas.